viernes, 3 de abril de 2015

EL DUELO DE TERMINAR CON UNA RELACIÓN SENTIMENTAL.

 
¿Por qué en ocasiones resulta tan difícil aceptar cuando una relación llegó a su final?
¿Porqué para algunas personas resulta tan doloroso aceptar que la persona que hasta ese momento había sido su pareja ya no tiene interés en la relación?
¿Porqué algunas personas a pesar de ser sumamente inteligentes se comportan estúpidamente ante la ruptura de una relación, humillándose, rogando pasando por encima de su dignidad?
La forma en que termina una relación tiene mucho que ver con la razón por la que iniciamos dicha relación.
La mayor parte de las personas se vincula a otra desde la necesidad (de compañía, de afecto, de reconocimiento, de protección, de seguridad etc.) y a esa necesidad le solemos llamar amor.
La vinculación de dos personas desde la necesidad, evidentemente las llevará a la sensación de vacío cuando la relación termine, sobre todo si una de ellas mantiene latente esa necesidad y la otra no, o aún teniéndola ya esta siendo satisfecha por otra persona o de otra forma.
La persona con la necesidad latente, literalmente estará experimentando una sensación de desgarramiento interior, al perder a la persona que hasta ese momento mantenía satisfecha su necesidad, porque experimentará nuevamente esa ausencia, esa necesidad que la llevó a vincularse con la pareja.
Personas que han experimentado, desde una temprana edad una necesidad de sentirse amadas, valoradas, reconocidas, de sentirse importantes para alguien,  se vinculan a una pareja con esa "hambre emocional" insatisfecha, anhelantes de que esa pareja satisfaga esa  "hambre emocional", por esta razón ante la ruptura experimentan tanto sufrimiento, por eso les cuenta tanto trabajo "soltar" y dejar ir a esa persona que ya no quiere estar más a su lado, por eso a pesar de ser adultos inteligentes y hasta exitosos vuelven a ser esos niños pequeños con su necesidad insatisfecha, que los ancló y detuvo en esa área su proceso de crecimiento y vuelven a experimentar la sensación de abandono, de soledad, de orfandad y les resulta sumamente doloroso llegar a la aceptación de que la relación terminó, por lo que se aferran a la pareja, la buscan, suplican consiguiendo tan solo que ésta los rechace más.
Ante una ruptura sentimental, resulta necesario voltear hacia nuestro interior para poder proveernos nosotros mismos de lo que estamos demandando de la pareja, para amarnos, valorarnos, acompañarnos, reconocernos y respetarnos, de esta forma no podremos evitar el dolor que se experimenta ante una perdida, eso es inevitable y forma parte de la vida pero si conseguiremos no anclarnos en el sufrimiento el cual se genera por la no aceptación de los hechos, entre más rápido aceptemos que la relación terminó, entre más rápido "soltemos" a la pareja más rápido aminoraremos el sufrimiento, porque el dolor es inevitable pero el sufrimiento es optativo y éste se genera por la falta de aceptación.
Experimentemos el  dolor que inevitablemente sentimos por la perdida sufrida, seamos nuestros propios proveedores de lo que necesitamos, aceptemos que nada es para siempre todo esto tal vez no lo podamos hacer solos, es probable que necesitemos de un terapeuta que nos ayude. 
 Una vez que aminore o pase el dolor podremos retomar nuestra vida y seremos capaces de ver con claridad la experiencia y el aprendizaje que la relación que terminó nos dejó y hasta podremos agradecer a esa persona haya sido el medio por el cual ganamos esa experiencia y obtuvimos ese aprendizaje que finalmente no llevó a dar un paso hacia adelante en nuestro proceso de crecimiento como personas.
 

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